Los vecinos que han perdido sus casas en La Palma se organizan para pedir responsabilidades
Pedirán responsabilidades a los que tomaron la decisión de no evacuar antes pese a saber que el riesgo era inminente
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Son conscientes de que sus casas han desaparecido por culpa de un fenómeno natural incontrolable el erupcionar el volcán de La Palma. Pero creen que parte del patrimonio material que han perdido lo podrían haber salvado. Es por eso que varias familias del sur de la isla de La Palma, tras las primeras horas de dolor por perder sus casas, han empezado a organizarse para proceder legalmente contra los responsables del operativo que tomaron la decisión de no pasar de semáforo amarillo a naranja cuando ya disponían de información de un riesgo inminente de erupción.
Los afectados por la erupción del volcán Cumbre Vieja en La Palma que ya han empezado a unir sus esfuerzos para ir todos a la una, lamentan que la tardanza en tomar las decisiones les obligara a salir corriendo sin poder coger prácticamente nada más que la ropa interior y las medicinas necesarias. Les habían dicho la tarde anterior que podían estar tranquilos, que tendrían tiempo de todo. Pero en muchos casos no fue así y, además de perder sus viviendas, construidas con el esfuerzo de décadas, perdieron también muebles y joyas de gran valor, dinero en efectivo, cultivos o animales.
Aún con la impotencia de no haber dejado perder sus cosas, estas familias han avanzado a OKDIARIO su decisión firme de pedir responsabilidades a los que quisieron actuar de forma conservadora para no generar alarma, obligándoles a salir con lo puesto. Con la activación del semáforo naranja a media mañana, cuando se optó por mantener el amarillo, se hubiera activado la evacuación de toda la población en peligro y no sólo de las personas vulnerables. Y hubieran tenido tiempo suficiente para sacar de sus casas, más allá de lo básico, todo aquello que tuviera un alto valor económico o sentimental.
Los vecinos de La Palma que han perdido su casa tragada por la lava del volcán también critican que, una vez evacuados, tampoco se les permitiera acceder a sus viviendas pese a que la colada se encontraba a una distancia suficientemente lejana como para garantizar la seguridad de sus propietarios para que pudieran recoger sus enseres. Denuncian que las autoridades permitieron que sus casas se quemasen sin hacer nada para poder salvar las cosas a las que cada uno les daba un significado o importancia especial. Asumen con resignación la perdida de sus casas, pero les cuesta aceptar haberse tenido que desprender también de esas pertenencias.
Con esta organización vecinal, además de presionar legalmente al Gobierno canario por si se actuaron de forma negligente a la hora de adoptar las decisiones, los afectados también quieren garantizar la llegada de las ayudas que han prometido todas las administraciones. Y garantizar que éstas llegan a todos los vecinos del sur de la isla que las necesitan, sin importar su nivel de renta. Recuerdan que los destrozos sufridos «son iguales, cobres más o menos, porque todos hemos perdido algo que hemos construido con nuestro esfuerzo a lo largo de muchos años». El presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, advertía este martes que el valor de los destrozos será de cientos de millones de euros.